domingo, 27 de noviembre de 2011

La noche del milagro

Ahí va más de El beso de Margaret, ¡espero que os guste! :D

Continuando con esta lata de diario que me ha aconsejado la dichosa psicóloga, relataré el maravilloso suceso de que fui testigo anoche. Como ya os he contado en páginas anteriores, hacer varias noches que ocurren cosas raras. Mi hermano se acuesta temprano y cierra su ventana con fuerza. La mía se abre sola. Debería preocuparme pero, no sé por qué, me parece como un presagio de algo bueno. Entran copos de nieve que lo empapan todo y tengo que cerrar a toda prisa (Londres es terrible en invierno). Lo que me preocupa es ese dichoso libro (tengo que quitarme ese adjetivo-muletilla, lo sé) que reposa sobre mi escritorio. ¿Será posible que exista tal cosa? Hace tiempo que dejé de ser una niña, lo cual me horroriza porque, si os digo la verdad, nunca tuve ocasión de ser una niña de verdad. Siempre estuve llorando, asomada a la ventana. ¡Eso no es una infancia! Mis tíos me prohibían leer cuentos y me inducían a crecer aprisa. Todo lo mínimamente infantil les resultaba odioso y quedaba prohibido. Sin embargo siempre he tenido sueños (gracias, Reina Mab). Por eso elegí la psicología infantil, supongo. Aunque detesto la universidad, detestaba el colegio y seguramente detestaré el despacho en el que trabajaré el día de mañana...
En fin, a lo que ibamos, señoras y señores, niños y niñas de todo el mundo que leáis este diario, os relataré el suceso de anoche:
Anoche me asomé a la ventana mientras nevaba, a la eterna espera del milagro. Esperaba el milagro desde que nací. Todas las noches me asomaba a la ventana y ya no recordaba por qué. Añoraba aquella ilusión de la infancia que jamás tuve. Nada. Ni una mísera estrella fugaz se atrevió a surcar el firmamento. Sólo la contaminación lumínica me apabulló como una bofetada terrible. Me senté de nuevo al escritorio, dispuesta a continuar con mi dichoso estudio. Reconozco que me da vergüenza que la gente vea mis apuntes universitarios. Son infantiles, la letra apenas se entiende y están todos mis folios repletos de dibujos. Nunca creceré, no os apenéis por mí, soy de las que no les gusta crecer. Pues bien, siempre dibujo en mis apuntes la cara de mi madre para no olvidarme de cómo era. No quiero olvidarme de ella nunca. Yo no tuve madre. Se murió antes de que pudiera despedirme. Recuerdo muy poco de ella, sólo las cosas pequeñas. Recuerdo su olor cuando me abrazaba y la delicadeza con que me peinaba por las mañanas. Recuerdo que me enseñó a atarme los cordones. Sus manos eran suaves y sus mejillas estaban siempre agradablemente frías cuando entraba en casa y me daba un beso. Era suave y olía a albaricoque. Ya no está. Mi hermano y yo lloramos amargamente largas horas. Él dejo de leer cuentos porque, ya que es algo mayor que yo y la recuerda muy bien, decía que los cuentos le recordaban a ella. Yo sin embargo los leía fervientemente. Era mi manera de escapar y sentirme acompañada. Mi padre nos dejó con mis tíos cuando yo cumplí los seis años y mi hermano tenía casi diez. No podía o no quería cuidarnos. Mi infancia no fue idílica. 
Volviendo a mis apuntes y a la cara de mi madre por todos lados, anoche, la ventana se abrió de golpe, como con un soplo de viento, y un niño precioso que se parecía a mi madre, entró volando y se posó suavemente a los pies de mi cama. Yo empecé a llorar. No sé si habían sido las pastillas, el estudiar hasta tarde o, simplemente que ya estaba loca del todo por no madurar. Se acercó a mí curioso:
-Niña, ¿por qué lloras?





 besos enormes para todos,


Sargenta Pimienta

1 comentario:

  1. La otra vez te hablé de Peter Pan y ahora con esa ambientación de Londres, por la noche y con el frío, y la ventana que se abre de repente y entra alguien me ha recordado a la entrada del espíritu de la Navidad pasada en Cuentos de Navidad :D La verdad es que me tiene súper intrigada esta historia, y no puede esperar a leer más en cuanto lo subas ;)

    Y sí es muy gracioso Mariano, jaja, siempre repita las mismas cosillas. A ver si te veo por l'enrenou un día de estos sí. Por cierto, el martes presenta Mariano un libro en 80 Mundos... y estaba pensando en que a lo mejor me paso por allí, tú sabías algo? Vas a ir?

    un besito grande!

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